Hay cosas que uno no planea contar. Hasta que un día, algo cambia.
Este blog nació así: sin plan, pero con la necesidad de hablar. He vivido en distintos países y, en todos, he aprendido algo. A veces con alegría, muchas otras a base de golpes.
No doy consejos. No tengo todas las respuestas. Solo comparto historias reales sobre salud mental, identidad, sexo, culpa, amor y otras cosas que a veces cuesta nombrar.
Escribo desde la experiencia. A veces mía, a veces ajena.
Y si en algún momento sientes que algo de lo que lees aquí también es tuyo, me encantará escucharte.